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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

miércoles, 19 de abril de 2017

La industria sideromecánica en Cuba

2017-04-19 16:16:56 / web@radiorebelde.icrt.cu

La industria sideromecánica en Cuba

El nuevo Ministerio de Industria es el rector de la actividad Sideromecánica en Cuba. Dentro de ella existe el Grupo Empresarial GESIME, que es el que básicamente impulsa todas las producciones que lo vincula. 

Este grupo tiene 74 organizaciones empresariales, 36 mil 500 trabajadores; cuyo objeto principal es sustituir importaciones, y fomentar exportaciones, sobretodo, su incidencia en tres sectores claves de la economía cubana: el turismo, la agricultura y la industria azucarera. 

Una de las actividades importantes de GESIME, a través de la Unión de Empresas de Recuperación de Materias Primas, está relacionada con la recuperación de desechos reciclables. Entre los que se encuentran chatarra de hacer, materiales no ferrosos, papel, cartón, plástico, entre otros.

La industria sideromecánica en Cuba

Esta unión tiene 25 empresas en todo el país, 4 mil personas que se dedican a la recolección, 15 Cooperativas no Agropecuarias, 312 casas de compra de materiales reciclables, los cuales se convierten en materias prima. 

La industria sideromecánica es otro de los elementos que necesita una inyección por las necesidades que tiene la población cubana y la demanda creciente del tema del transporte; uno de los principales retos de esta industria. 

Ejemplo de ello es la empresa de producción de ómnibus Diana en la provincia de Artemisa, que surgió en el año 2010 con el objetivo de sustituir importaciones. Hasta la fecha se han producido más de mil 300 ómnibus y se prevé que este año se logren unos 480 más que beneficiarán principalmente a las provincias de Guantánamo, Mayabeque, Artemisa, Las Tunas.

La industria sideromecánica en Cuba

Además esta empresa de ómnibus tiene entre sus proyectos la elaboración de un transporte con la colaboración de la empresa china Yutong. Según las características que han definido tendrán 10,8 metros de largo, y su prototipo debe ser ejecutado este año. Se prevé se ponga a prueba en el año 2018, para hacer una producción masiva en el 2019. 

La rama siderometalúrgica tiene desafíos en la isla, teniendo en cuenta que trabajan con financiamiento extranjero en más de 25 proyectos. 
Asimismo pretenden llegar en los próximos años a las 500 mil producciones de acero, y 400 mil de laminado, al tiempo que trabajan por producir más capacidades de sistemas de riego en Cuba. 

No puede dejarse de mencionar la fuerte inversión que hay con China en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, porque una de las principales debilidades del sector es que el país importa millones de embases de aluminio, por lo cual el gigante asiático ayuda a la Isla. 

Escuche en audio los comentarios al respecto de la periodista Yailin Orta y el doctor Alcides López Labrada. 


(Noticiero Aquí Rebelde)

Top ciudades más tecnológicas del mundo


Podríamos decir que la gran fortaleza de Austin es su “capital humano”, aunque, por supuesto, también reúne el resto de factores citados más arriba.

ENVIADO POR: INNOVATICIAS.COM / RED / AGENCIAS, 19/04/2017, 09:35 H 
¿Cuáles son las ciudades más tecnológicas del mundo? ¿Cuáles son sus características? ¿Qué tienen en común? ¿Hay alguna española entre las veinte primeras? Según los analistas de la consultora inmobiliaria internacional Savills, en 2017 hay 22 ciudades que destacan por encima del resto, son “22 centros globales a la vanguardia de la tecnología” que tienen muchos puntos en común, aunque se encuentren muy lejos unas de otras. Para hacer el ranking, la consultora tuvo en cuenta muchos factores, “desde el acceso al capital de riesgo hasta la calidad del café de barrio”. Todos ellos, aseguran, son responsables de que haya más firmas tecnológicas en estas ciudades.
Sin duda la tecnología avanza a pasos agigantados, pero lo hace más rápido en unas ciudades del mundo que en otras. ¿Por qué? El informe 'Tech Cities 2017' de Savills recoge que las 22 ciudades más tecnológicas en 2017 tienen fundamentalmente 5 características en común: cuentan con un buen entorno empresarial (inversión, tamaño del sector, facilidad para emprender, innovación, costes), con un entorno tecnológico (valor y tamaño de empresas tecnológicas, infraestructura, acciones), con vida urbana y bienestar (coste de vida, ajetreo urbano), con talento (educación, inmigración y atracción de talento, gente joven) y con beneficios en el alquiler de propiedades para empresas y empleados. Gracias a todo ello han creado una industria tecnológica única.
Pero, ¿cuál es la ciudad del mundo que destaca por encima del resto gracias a su industria tecnológica? ¿Hong Kong? ¿Tokio? ¿Seúl? ¿San Francisco? Pues no, ninguna de estas, aunque efectivamente todas ellas están en el top 20. La ciudad más tecnológica del mundo está en Estados Unidos y es Austin (Texas). Una de las claves que hacen de esta ciudad la más vanguardista a nivel tecnológico es su capacidad para atraer el talento humano. De hecho, según el informe, es gracias al éxito en este ámbito lo que hace que no sea San Francisco la que esté en el primer puesto, sino Austin.
Podríamos decir que la gran fortaleza de Austin es su “capital humano”, aunque, por supuesto, también reúne el resto de factores citados más arriba. El informe refleja que esta ciudad norteamericana es una de las más asequible para las empresas tecnológicas y cuenta con una alta calidad de vida gracias a la cantidad de espacios verdes, su actividad urbana, la baja polución, impuestos reducidos, alquileres asequibles o su fuerte cultura empresarial.
“Todas estas ciudades tienen industrias tecnológicas prósperas y en crecimiento y están en el punto de mira de las empresas tecnológicas en expansión”, refleja el informe. Entre las grandes empresas que se han establecido en Austin están IBM, ADM o Dell.
LAS CIUDADES QUE COMPLETAN LA LISTA
San Francisco (California) se encuentra en segundo lugar detrás de Austin, y Nueva York está tercera. Boston (Massachusetts) ocupa el octavo lugar y Seattle (Washington) el decimotercero. San Francisco destaca por su capacidad para atraer “ el talento rico”, mientras que en Boston, donde han estudiado personalidades como Bill Gates y Mark Zuckerberg, se encuentran empresas farmacéuticas y de biotecnología, y de comercio electrónico, videojuegos y viajes. Seattle es la casa de Amazon y Microsoft y “hay mucha actividad en desarrollo”.
Como vemos, tres ciudades estadounidenses lideran el ranking y otras dos se encuentran entre las 20 mejores. “EE.UU. cuenta con muchas de las empresas tecnológicas más grandes e innovadoras del mundo. Las ciudades aquí se benefician de un mayor acceso a capitales de riesgo y fondos para ayudarles a crecer”, aseguran los consultores.
El top 5 lo completan Londres (Reino Unido) y Ámsterdam (Países Bajos). La lista de las 22 mejores ciudades tecnológicas incluye en total seis ciudades europeas, seis de Norteamérica, seis de la zona Asia-Pacífico, dos de América del Sur, una de Oriente Medio y una de África.
¿DÓNDE ESTÁN LAS CIUDADES ESPAÑOLAS?
Las ciudades de Europa más avanzadas tecnológicamente son Londres (4), Ámsterdam (5), Copenhague (7), en Dinamarca, Berlín (9), en Alemania, Estocolmo (11), en Suecia, y Dublín (12), en Irlanda. De ciudades españolas, ni rastro.
En el informe se refleja que estas ciudades europeas que figuran en la lista son “grandes centros de negocios” y tienen “buenas conexiones físicas con el resto del mundo”, como aeropuertos internacionales. “Son dinámicas, tienen grandes poblaciones universitarias y atraen talento”. De Ámsterdam destacan, por ejemplo, que una propiedad cuesta la mitad que en otros lugares. Las ciudades españolas parecen no estar a la altura ni cumplir con todas estas características comunes.
Lo curioso es que sí aparezcan ciudades como Bangalore (20), en India, o Ciudad del Cabo (22), en Sudáfrica. Estas, menciona el informe, son “ciudades que resaltan en sus regiones y se están sumergiendo en el escenario global. Los entornos tecnológico y empresarial están menos desarrollados que en otras ciudades, pero los costes son reducidos. El talento interno también es abundante”, refleja el informe.
También vemos en la lista a Melbourne (14), en Australia, a Tel Aviv (15), en Israel, “por su gran reputación en ciberseguridad y análisis de datos”, y a las tres grandes ciudades asiáticas: Seúl (16), en Corea del Sur, Hong Kong (17), en China, y Tokio (18), en Japón.
Las ciudades más tecnológicas del mundo en 2017
   1. Austin (EE.UU.)
   2. San Francisco (EE.UU.)
   3. Nueva York (EE.UU.)
   4. Londres (Reino Unido)
   5. Ámsterdam (Países Bajos)
   6. Toronto (Canadá)
   7. Copenhague (Dinamarca)
   8. Boston (EE.UU.)
   9. Berlín (Alemania)
   10. Singapur (Singapur)
   11. Estocolmo (Suecia)
   12. Dublín (Irlanda)
   13. Seattle (EE.UU.)
   14. Melbourne (Australia)
   15. Tel Aviv (Israel)
   16. Seúl (Corea del Sur)
   17. Hong Kong (China)
   18. Tokio (Japón)
   19. Santiago (Chile)
   20. Bangalore (India)
   21. Buenos Aires (Argentina)
   22. Ciudad del Cabo (Sudáfrica)
¿Cuáles son las ciudades más tecnológicas del mundo? ¿Cuáles son sus características? ¿Qué tienen en común? ¿Hay alguna española entre las veinte primeras? Según los analistas de la consultora inmobiliaria internacional Savills, en 2017 hay 22 ciudades que destacan por encima del resto, son “22 centros globales a la vanguardia de la tecnología” que tienen muchos puntos en común, aunque se encuentren muy lejos unas de otras. Para hacer el ranking, la consultora tuvo en cuenta muchos factores, “desde el acceso al capital de riesgo hasta la calidad del café de barrio”. Todos ellos, aseguran, son responsables de que haya más firmas tecnológicas en estas ciudades.

Sin duda la tecnología avanza a pasos agigantados, pero lo hace más rápido en unas ciudades del mundo que en otras. ¿Por qué? El informe 'Tech Cities 2017' de Savills recoge que las 22 ciudades más tecnológicas en 2017 tienen fundamentalmente 5 características en común: cuentan con un buen entorno empresarial (inversión, tamaño del sector, facilidad para emprender, innovación, costes), con un entorno tecnológico (valor y tamaño de empresas tecnológicas, infraestructura, acciones), con vida urbana y bienestar (coste de vida, ajetreo urbano), con talento (educación, inmigración y atracción de talento, gente joven) y con beneficios en el alquiler de propiedades para empresas y empleados. Gracias a todo ello han creado una industria tecnológica única.

Pero, ¿cuál es la ciudad del mundo que destaca por encima del resto gracias a su industria tecnológica? ¿Hong Kong? ¿Tokio? ¿Seúl? ¿San Francisco? Pues no, ninguna de estas, aunque efectivamente todas ellas están en el top 20. La ciudad más tecnológica del mundo está en Estados Unidos y es Austin (Texas). Una de las claves que hacen de esta ciudad la más vanguardista a nivel tecnológico es su capacidad para atraer el talento humano. De hecho, según el informe, es gracias al éxito en este ámbito lo que hace que no sea San Francisco la que esté en el primer puesto, sino Austin.

Podríamos decir que la gran fortaleza de Austin es su “capital humano”, aunque, por supuesto, también reúne el resto de factores citados más arriba. El informe refleja que esta ciudad norteamericana es una de las más asequible para las empresas tecnológicas y cuenta con una alta calidad de vida gracias a la cantidad de espacios verdes, su actividad urbana, la baja polución, impuestos reducidos, alquileres asequibles o su fuerte cultura empresarial.
“Todas estas ciudades tienen industrias tecnológicas prósperas y en crecimiento y están en el punto de mira de las empresas tecnológicas en expansión”, refleja el informe. Entre las grandes empresas que se han establecido en Austin están IBM, ADM o Dell.

LAS CIUDADES QUE COMPLETAN LA LISTA

San Francisco (California) se encuentra en segundo lugar detrás de Austin, y Nueva York está tercera. Boston (Massachusetts) ocupa el octavo lugar y Seattle (Washington) el decimotercero. San Francisco destaca por su capacidad para atraer “ el talento rico”, mientras que en Boston, donde han estudiado personalidades como Bill Gates y Mark Zuckerberg, se encuentran empresas farmacéuticas y de biotecnología, y de comercio electrónico, videojuegos y viajes. Seattle es la casa de Amazon y Microsoft y “hay mucha actividad en desarrollo”.

Como vemos, tres ciudades estadounidenses lideran el ranking y otras dos se encuentran entre las 20 mejores. “EE.UU. cuenta con muchas de las empresas tecnológicas más grandes e innovadoras del mundo. Las ciudades aquí se benefician de un mayor acceso a capitales de riesgo y fondos para ayudarles a crecer”, aseguran los consultores.
El top 5 lo completan Londres (Reino Unido) y Ámsterdam (Países Bajos). La lista de las 22 mejores ciudades tecnológicas incluye en total seis ciudades europeas, seis de Norteamérica, seis de la zona Asia-Pacífico, dos de América del Sur, una de Oriente Medio y una de África.

¿DÓNDE ESTÁN LAS CIUDADES ESPAÑOLAS?

Las ciudades de Europa más avanzadas tecnológicamente son Londres (4), Ámsterdam (5), Copenhague (7), en Dinamarca, Berlín (9), en Alemania, Estocolmo (11), en Suecia, y Dublín (12), en Irlanda. De ciudades españolas, ni rastro.

En el informe se refleja que estas ciudades europeas que figuran en la lista son “grandes centros de negocios” y tienen “buenas conexiones físicas con el resto del mundo”, como aeropuertos internacionales. “Son dinámicas, tienen grandes poblaciones universitarias y atraen talento”. De Ámsterdam destacan, por ejemplo, que una propiedad cuesta la mitad que en otros lugares. Las ciudades españolas parecen no estar a la altura ni cumplir con todas estas características comunes.

Lo curioso es que sí aparezcan ciudades como Bangalore (20), en India, o Ciudad del Cabo (22), en Sudáfrica. Estas, menciona el informe, son “ciudades que resaltan en sus regiones y se están sumergiendo en el escenario global. Los entornos tecnológico y empresarial están menos desarrollados que en otras ciudades, pero los costes son reducidos. El talento interno también es abundante”, refleja el informe.

También vemos en la lista a Melbourne (14), en Australia, a Tel Aviv (15), en Israel, “por su gran reputación en ciberseguridad y análisis de datos”, y a las tres grandes ciudades asiáticas: Seúl (16), en Corea del Sur, Hong Kong (17), en China, y Tokio (18), en Japón.

Las ciudades más tecnológicas del mundo en 2017

   1. Austin (EE.UU.)
   2. San Francisco (EE.UU.)
   3. Nueva York (EE.UU.)
   4. Londres (Reino Unido)
   5. Ámsterdam (Países Bajos)
   6. Toronto (Canadá)
   7. Copenhague (Dinamarca)
   8. Boston (EE.UU.)
   9. Berlín (Alemania)
   10. Singapur (Singapur)
   11. Estocolmo (Suecia)
   12. Dublín (Irlanda)
   13. Seattle (EE.UU.)
   14. Melbourne (Australia)
   15. Tel Aviv (Israel)
   16. Seúl (Corea del Sur)
   17. Hong Kong (China)
   18. Tokio (Japón)
   19. Santiago (Chile)
   20. Bangalore (India)
   21. Buenos Aires (Argentina)
   22. Ciudad del Cabo (Sudáfrica)



Unificación cambiaria: el estruendo de la nada

Por Pedro Monreal, El Estado como tal

La unificación cambiaria suele ser vista en Cuba como una especie de “madre de todas las reformas”, pero nada significativo se ha hecho.
No dispongo de una encuesta que permita confirmarlo, pero se trata probablemente de la medida económica respecto a la cual existe un consenso más amplio sobre su necesidad, urgencia y relevancia.
Reconocidos especialistas como Humberto Pérez han calificado la multiplicidad de tasas de cambio como una “debilidad cardinal y nudo gordiano principal”, afirmando que “de todos los escollos este es el de efectos más negativos, deformantes, confusionistas y contraproducentes”.
Hasta donde conozco, todos los dirigentes políticos y estatales que se han pronunciado sobre el tema –al menos desde 2011- han reafirmado la necesidad de eliminar, lo antes posible, la multiplicidad cambiaria del país. En su Informe Central al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), en abril de 2016, Raúl Castro reafirmó que la “solución de la dualidad monetaria no quedará para las calendas griegas”.
No me voy a referir en este breve comentario a los valiosos análisis que sobre las causas e implicaciones del fenómeno han publicado académicos cubanos como Vilma HidalgoPavel Vidal y Omar Everleny Pérez, y Juan Triana y Jessica León.  Tampoco me detendré aquí en las sugerencias y propuestas generales que estos, y otros especialistas, han hecho acerca de cómo acometer una posible reforma del actual sistema de tasas de cambio.
Llamaré la atención sobre las propuestas específicas –con descripción detallada de mecanismos y secuencias- que pudieran existir, porque lo que me interesa destacar es que las complejidades técnicas, que ciertamente existen, no son las que parecen explicar la relativa inacción que se observa en cuanto a la unificación cambiaria.
De manera pública existe un texto titulado “Unificación de tasas de cambio: el caso de Cuba”, de Augusto de la Torre y Alain Ize, especialistas del Banco Mundial, que considero que es la propuesta técnicamente más detallada que se ha publicado sobre el tema en los últimos años. Fue publicado por Brookings Institution (diciembre de 2013) como la versión revisada de una ponencia que presentaron los autores en un evento organizado por la Universidad de La Habana, en septiembre de 2013. Quizás exista alguna otra propuesta publicada con un nivel similar de detalle, pero no la conozco.
Asumo, pero no estoy seguro, pues no dispongo de información, que los especialistas cubanos que trabajan en entidades estatales vinculadas al tema (Banco Nacional de Cuba, Ministerio de Economía y Planificación, Ministerio de Finanzas y Precios, y otros) han preparado opciones de programas detallados para implementar la unificación cambiaria pues existen expertos muy competentes en esas instituciones.
Todo lo anterior me lleva a adoptar dos premisas y a formular una pregunta:
Premisa # 1: El gobierno cubano desea consumar la unificación de tasas de cambio en el país.
Premisa # 2: El gobierno cubano recibe asesoramiento técnico de excelencia que le permite disponer de una serie de variantes técnicas bien fundamentadas para poder adoptar una decisión de política pública sobre la unificación cambiaria.
Pregunta: ¿Cuál es el problema esencial que impide hoy que la evaluación política de costos y beneficios de la unificación cambiaria sea positiva?
Obviamente no tengo una respuesta para esa pregunta. Tampoco la he visto claramente expresada en el debate público sobre el tema.
Si el problema no es la ausencia de buenos análisis económicos ni la falta de propuestas técnicas, lo que sugiero entonces es desplazar la atención que hoy se hace en ese plano hacia un análisis de lo que pudiera llamarse la Economía Política de la unificación cambiaria. Es un enfoque se ha utilizado en otros casos, pero no conozco su aplicación en el contexto cubano.
Básicamente consistiría en adoptar la perspectiva de que, siendo la tasa de cambio el precio relativo fundamental de una economía abierta como la cubana y teniendo en cuenta que el régimen cambiario es esencialmente el resultado de una decisión estatal, la política cambiaria refleja inevitablemente cada aspecto de la economía política del país.
Un aspecto de lo anterior consiste en que los dirigentes y las instituciones políticas (el Buró Político del PCC, para no andarnos por las ramas) tiene la responsabilidad de decidir cómo y cuándo se hace la unificación cambiaria y para ello necesita tener el convencimiento de que existen probabilidades razonablemente altas de que la decisión resulte en mayores beneficios que costos políticos, o sea que exista –cuando menos- un nivel de consentimiento popular que evite procesos de desestabilización política en el país.
También habría que tomar en cuenta la existencia de un entramado de mecanismos institucionales que inevitablemente tendría que ser reformado cuando se pase desde un régimen de multiplicidad cambiaria a una tasa de cambio unificada. Esto pudiera reflejarse en percepciones de “perdedores” y de “ganadores” entre diversas instituciones. ¿Cómo van a reaccionar de manera anticipada aquellas instituciones que se perciban como potenciales “perdedoras” ?, ¿tendrían la capacidad para bloquear la unificación?
Siguiendo con los intereses institucionales, ¿Cuál sería el riesgo político de reemplazar la función de la dualidad cambiaria como mecanismo de “cuasifiscalidad” (captación y transferencias de recursos estatales por fuera del mecanismo presupuestario formal) con una tasa única? Por supuesto que la unificación cambiaria pudiera resolver distorsiones importantes, pero ¿está asegurado que exista un reemplazo efectivo en el corto plazo para ingresar recursos al presupuesto, de la manera en que hoy opera la “cuasifiscalidad” del régimen cambiario? Una respuesta a esa pregunta es importante en circunstancias de tensiones presupuestarias como las actuales.
Otro aspecto a considerar es que si el funcionamiento de la tasa oficial de “uno a uno” ha surgido y se ha mantenido históricamente como parte de un esquema diseñado para proteger el nivel de vida de la población frente al “choque” que desató el Periodo Especial, ¿Qué riesgos políticos pudieran existir si se desmantela ese mecanismo sin tener evidencia razonable de que otros mecanismos de compensación pudieran establecerse  rápidamente para evitar el desfondamiento del nivel de vida material -ya bajo- del cubano promedio?
Si se toma de conjunto una serie de factores políticos internos (próximo cambio generacional de la dirección del PCC y del gobierno), la actual crisis de crecimiento económico, las dificultades del mayor socio económico de Cuba, y la incertidumbre respecto al posible “comportamiento” del gobierno de los EE.UU, pudiera ser que la evaluación política de costos y beneficios de una unificación cambiaria no sea lo suficientemente positiva ahora mismo como para inclinar a los dirigentes políticos cubanos a actuar en plazos inmediatos.
Mi conclusión preliminar es que los políticos cubanos han hecho el tipo de análisis que, en general, los economistas cubanos no hemos sido capaces de aportar, al menos públicamente.
Mi modesta sugerencia es que la incorporación de una perspectiva de Economía Política pudiera reforzar el análisis económico que se requiere para asegurar un buen debate sobre la unificación cambiaria en Cuba.